Preguntas frecuentes
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Anímate a enviarnos tus dudas a info@kaleide.org para que podamos seguir completando esta sección.
Por dos razones, una organizativa y otra filosófica.
La razón organizativa se debe a que, para poder aplicar nuestra visión pedagógica, basada en la mezcla de edades y la participación de los niños y niñas en la toma de decisiones, necesitamos autorizarnos como escuela extranjera.
La razón filosófica se explica porque aspiramos a que Kaleide sea un punto de encuentro multicultural, donde se escuchen conversaciones en diferentes idiomas y que se impregne de una visión más poliédrica y enriquecedora del mundo.
Dado que no existe titulación para segundo ciclo de Infantil ni para Primaria, no existe necesidad de convalidar estudios. En Secundaria, sin embargo, sí existe título, y cuando ofertemos este ciclo se realizará un proceso de homologación de estudios para que las alumnas y alumnos de secundaria tengan reconocido su título en España, Inglaterra y/o Estados Unidos.
El tránsito de un alumno al sistema educativo español, bien porque haya acabado sus estudios en Kaleide, o los haya abandonado antes de finalizar algún ciclo, es automático, tal y como se indica en la página web del Ministerio de Educación y Formación Profesional, tanto para primaria como para secundaria:
La incorporación a cualquiera de los cursos que integran la Educación [Primaria/Secundaria Obligatoria] del alumnado procedente de sistemas educativos extranjeros que esté en edad de escolarización obligatoria se realizará atendiendo a sus circunstancias, conocimientos, edad e historial académico, para que pueda continuar con aprovechamiento su educación.
Sí, si hay un número suficiente de personas interesadas.
Para nosotras, el tema de la movilidad sostenible es importante. Por eso queremos fomentar modelos de movilidad que impliquen un menor uso del vehículo privado, alentando el del transporte colectivo, de vehículos personales como la bicicleta o el patinete y, fundamentalmente, caminar. Por esta razón, Kaleide no cuenta con zona de aparcamiento para vehículos en sus instalaciones ni se permite la circulación de vehículos a motor en su interior. No obstante, se encuentra en una zona de fácil acceso en vehículo desde la vía de ronda, con una zona pública de aparcamiento frente al estadio Francisco Peraza, a escasos 5 minutos caminando; a 22 minutos de paseo desde la parada de La Trinidad del tranvía, y a 8 minutos de la parada de guaguas más cercana.
Desde la dirección de la escuela y con la colaboración de la asociación de madres y padres, otros colectivos sociales, escuelas cercanas, el Ayuntamiento de La Laguna y la Dirección General de Tráfico, trataremos de fomentar la creación de caminos escolares seguros, tipo “pedibus” o “bicibus” desde los principales puntos de recalada, tales como la parada del tranvía o el parking público del Francisco Peraza. Estos caminos tienen el objetivo de recuperar el espacio público para las niñas y niños, fomentar su salud, su conocimiento del medio, su capacidad de orientación, su autonomía y autoestima, al tiempo que promovemos una movilidad más sostenible para todas. En esos recorridos, los niños podrán acceder por sus propios medios al centro, acompañados por su personal, voluntarios de la asociación de madres y padres, o de otros colectivos e instituciones. Y, como proyecto, nos encantaría en algún momento ver algo así por las calles de La Laguna.
Mientras construimos nuestro bicibus, si existe un número suficiente de personas interesadas en un transporte colectivo privado, se ofrecerá la posibilidad, repercutiendo el coste adicional entre sus usuarios.
Sí, pero pocos. En España no hay muchos proyectos con una visión similar a Kaleide que se encuentren autorizados por las administraciones educativas. Es muy complicado conseguir reunir todos los requisitos financieros, legales, pedagógicos y de espacio que se exigen para la creación de un centro educativo de estas características. No obstante, sí que existen algunos centros similares y en los últimos años, se están creando cada vez más centros educativos basados en pedagogías activas. La tendencia al alza en la creación de estos espacios no es única en España, sino que se da a nivel internacional. Desde Kaleide, estamos tendiendo lazos con todos aquellos movimientos pedagógicos más alineados con nuestra filosofía y pretendemos ser un nodo activo en gran parte de ellos. Desde el grupo de escuelas NEASC que ya existe en España, hasta la Red de Centros de Aprendizaje Ágil (ALC), pasando por la Comunidad de Educación Democrática Europea (EUDEC) o la Alianza por la Educación Auto-dirigida (ASDE).
Si después de visitar nuestras instalaciones y tener una entrevista informativa quieres unirte a nuestro proyecto, te invitaremos a una segunda entrevista para hablar en mayor profundidad sobre nuestro enfoque y las necesidades de tu familia.
Para formalizar la admisión es imprescindible:
Haber abonado el importe de matrículación.
En caso de ser admitido:
abonar los importes correspondientes a la fianza, materiales y curso de formación en las fechas correspondientes;
realizar el curso de formación inicial para familias en alguna de las fechas acordadas.
Una vez haya finalizado el proceso de admisión, se propondrá un calendario escalonado de incorporación al centro consensuado con cada familia.
Sí. El hecho de que un/a niño/a ya tenga un/a hermano/a en el centro le da preferencia para su admisión.
Sí y no. El periodo de vinculación no es fijo, sino flexible y personalizado, en función de las necesidades que tengan las familias y, sobre todo, los niños y niñas.
Una vez finalizado el periodo de vinculación se admitirá, siempre que sea de forma justificada y bajo la autorización previa de la dirección del centro, la presencia en el espacio de aquellas familias que lo soliciten. En estos casos, las familias deberán respetar en todo momento las normas de convivencia y no interferir con las dinámicas del centro.
En cualquier caso, por cuestiones de legalidad, cualquier persona que vaya a tener un contacto regular con menores deberá aportar un certificado negativo de delitos sexuales reciente para ser admitido al espacio. Entendemos que el contacto es regular si el tiempo de permanencia en el espacio es igual o superior al 50% del tiempo docente semanal.
Sí. El primer hermano cuenta con un 15% de descuento, el segundo con un 20% y el tercero y siguientes con un 25% de descuento en la cuota de facilitación.
Nos encantaría poder facilitar el acceso a Kaleide a todo el mundo, independientemente de su poder adquisitivo. No obstante, actualmente nos es imposible hacer frente a los gastos de operación del centro sin que todos los asistentes abonen sus cuotas, así que no podemos ofrecer becas.
No obstante, una vez el centro esté en funcionamiento, nuestra pretensión es crear una fundación Kaleide que se encargue de difundir esta visión pedagógica, prestar servicios relacionados con ella y obtener fondos que puedan permitir la creación de becas al estudio.
Sí, existe una tarifa por días sueltos, aunque es preciso avisar con al menos un día de antelación.
En Estados Unidos y otros países, existen centros para personas no escolarizadas que funcionan como “bibliotecas” donde no solo se pueden encontrar libros, sino también materiales de aprendizaje y personas dispuestas a compartir sus conocimientos. A estos centros se puede acudir cuando se desee, sin que se exija un nivel de asistencia determinado.
Nos gusta imaginar un sistema educativo tan avanzado y nos encantaría que Kaleide pudiera convertirse en un espacio así. Sin embargo, en España la Ley no permite hacer esto. Las niñas y niños que acudan a nuestro centro lo hacen en calidad de alumnos escolarizados, y por lo tanto están sujetos a cumplir un nivel mínimo de asistencia. Además, por cuestiones de viabilidad económica del proyecto, de vinculación con el espacio y de creación de una cultura común, no podemos ofrecer esta posibilidad, por lo que solo podemos admitir niños y niñas que asistan por cursos completos.
Desde Kaleide respetamos el marco legal actual en cuestiones de salud, como la vacunación. A fecha de hoy en España no existe obligatoriedad de someter a vacunación a ninguna persona por lo que en nuestro centro no nos sentimos legitimados para exigir que las niñas y niños estén vacunados. No obstante, el bienestar infantil individual y colectivo es algo que nos preocupa y que tratamos de fomentar ejemplificando formas saludables de relación, alimentación e interacción con el mundo. Y creemos que eso incluye la inmunidad grupal, por ejemplo.
Para preservar la salud grupal no podemos admitir en el centro a personas que se encuentren en una fase claramente contagiosa de una enfermedad o que presenten síntomas evidentes de padecerla como, por ejemplo, fiebre.
Nuestra autorización de centro nos otorga 25 alumnos del ciclo de infantil y 35 del ciclo de primaria, es decir, un máximo de 60 alumnos.
No. En Kaleide respetamos los ciclos de cada niño y entendemos que cada persona tiene unas necesidades diferentes según su estado madurativo. Por eso, siempre que existan mudas disponibles en el centro para atender a un pequeño y contemos con la autorización de sus responsables, no será necesaria la presencia de estos para cambiarles.
No obstante, desde Kaleide aspiramos a promover la independencia y desarrollo pleno de los niños, y procuraremos facilitar esta transición trabajando mano a mano con cada niño o niña y cada familia.
Siendo Kaleide un espacio que promueve el aprendizaje auto-dirigido, una cualidad que buscamos en nuestro personal docente (nosotras lo llamamos “equipo de facilitación”) es su auto-directividad. Además, tienen que ser personas con pasión por su trabajo, capaces de conectar con los niños y entender (y hablar) todos sus lenguajes (corporal, plástico, musical…), de ser un ejemplo vivo de los valores del centro (empatía, colaboración y trabajo en equipo, sentido del humor, capacidad para jugar, ética del cuidado, honestidad y liderazgo) y, ante todo, de disponer de una gran dosis de humanidad.
En Kaleide no ponemos notas, ni tampoco hay aprobados ni suspensos. Pero sí llevamos a cabo evaluaciones (si bien muy diferentes de las que suelen hacerse en otros centros educativos) con el objetivo de conocer a cada niño y niña, descubrir su potencial y contribuir a su desarrollo integral. Las evaluaciones nos sirven además para compartir con las familias, y con la comunidad, lo que se hace dentro de la escuela.
La evaluación se lleva a cabo paralelamente al proceso de aprendizaje, forma parte de él y es:
formativa (centrada en el proceso);
basada en dos ejes: bienestar emocional e implicación en la tarea;
integral: incluye las dimensiones afectiva, física, cognitiva, social, y moral;
no competitiva: no hay premios ni recompensas, juicios ni comparaciones;
no basada en notas ni calificaciones (apto/no apto), sino en “historias de aprendizaje”;
una herramienta que permite adecuar los espacios, recursos materiales y propuestas en función de las necesidades de los niños y niñas.
Utilizaremos diferentes medios de evaluación en función de la edad de los niños y niñas, y de las actividades en que participen:
POMS o Escala Leuven (Sistema de evaluación basado en el proceso, con dos ejes: bienestar emocional e implicación);
Documentación en forma de “historias de aprendizaje”: incluye fotos, dibujos y ejemplos del trabajo de los niños y niñas, transcripciones de sus frases y comentarios, ejemplos de interacciones y observaciones de las facilitadoras;
Autoevaluación de los niños y niñas.
Estas evaluaciones se comparten con los niños y niñas, y se comunican a las familias en reuniones individuales.
La escuela sigue además un sistema de autoevaluación continuo basado en las aportaciones de niños y niñas, familias, y las propias observaciones del equipo. Esta autoevaluación toma en cuenta aspectos curriculares, la labor de las facilitadoras y el equipo directivo, así como las relaciones con niños y niñas y sus familias. Asumimos un compromiso de formación continua y reciclaje de todo el equipo pedagógico.
En Kaleide vamos a poder conocer bien a cada niño y niña, y sabremos en qué nivel se encuentra en cuanto a conocimientos y destrezas. Esta información nos sirve también para saber si un niño o niña se encuentra al nivel de conocimientos que se establece para su edad dentro del sistema educativo. Dado que en Kaleide cada niño o niña aprende a su ritmo, antes de que uno de nuestros estudiantes se traslade a otro centro le ofreceremos (en coordinación con su familia) la posibilidad de reforzar sus conocimientos en determinadas áreas, en caso de haber detectado que se encuentra por debajo del nivel del curso que le corresponda.
Consideramos que las habilidades sociales, la inteligencia emocional y los valores que los niños y niñas van a adquirir en Kaleide les van a permitir enfrentarse a situaciones nuevas con un grado muy alto de flexibilidad y de autonomía. En nuestra experiencia, la transición a un centro educativo más convencional no supone un problema, siempre y cuando se haya incluido al niño o niña en la decisión y se le haya ofrecido la información necesaria.
Las investigaciones en neurociencia afirman que nuestro cerebro está mejor preparado para funcionar de forma colaborativa que de forma individual. Aprendemos más y mejor cuando colaboramos que cuando competimos. En Kaleide vamos a fomentar la colaboración como medio de aprendizaje, y como uno de nuestros valores, pero esto no significa que los niños y niñas no vayan a saber cómo es y cómo funciona el mundo. Nuestra escuela es una escuela abierta, en contacto permanente con la comunidad circundante. No fomentamos la competitividad, pero sí la autoexigencia. No fomentamos la comparación, pero si la autorreflexión. Creemos que los niños y niñas deben conocer sus propios límites (sobre todo los que tienen su origen en el miedo) y aprender a trascenderlos.
Las habilidades que los niños y niñas van a poder desarrollar en nuestra escuela (pensamiento crítico, creatividad, colaboración, inteligencia emocional) les servirán a lo largo de toda su vida, tanto en un mundo competitivo como en el mundo que querríamos contribuir a crear. Pero, sobre todo, les ayudarán a entender que en la vida tenemos la posibilidad de elegir cómo queremos relacionarnos con otras personas, y con nosotras mismas.
Para los niños y niñas más pequeños, la lectura y la escritura está presente en las siguientes actividades:
Todos los días hay una sesión de cuenta-cuentos en grupo.
Hay libros, revistas y materiales impresos en casi todos los espacios de la escuela (incluido el espacio exterior), y los niños pueden leer por placer o para encontrar información en relación con sus proyectos.
Los niños empiezan a escribir motivados por sus propios objetivos (escribir su nombre en un dibujo, enviar una postal a un amigo, usar tiza para escribir palabras en el patio…).
Los niños comienzan a leer para entender las etiquetas y carteles que están por toda la escuela, así como la información que aparece en las pizarras.
Mientras los niños no saben aún leer, las facilitadoras escriben para ellos sus propias historias, mensajes, etc. y les hacen partícipes del proceso, modelando las destrezas necesarias.
Las facilitadoras apoyan a los niños y niñas en su aprendizaje de la lecto-escritura y les ayudan a coger el lápiz de forma adecuada.
Los niños experimentan con diversos materiales de escritura (lápices, pintura, máquina de escribir, tizas…).
Los niños de Infantil adquieren conocimientos de matemáticas en las siguientes actividades:
En la escuela dispondremos de materiales (agua y arena, bloques de construcción y de lógica, puzzles, materiales de matemáticas manipulativas…) que permiten trabajar nociones de forma, tamaño, proporción, posición o movimiento en actividades prácticas.
Jugando, los niños usan números y comienzan a realizar operaciones sencillas (sumar, restar).
En el taller de carpintería, los niños y niñas manipulan bloques de madera, y aprenden a medir y contar para fabricar sus propios juguetes.
En la cocina, aprendemos sobre volúmenes y pesos haciendo recetas que luego nos comemos.
En sus juegos, los niños comienzan a entender palabras relacionadas con la dirección (adelante, atrás, abajo, encima…).
En diversos espacios de la escuela, los niños emplean el lenguaje matemático y establecen comparaciones trabajando con diferentes materiales (pesado, ligero, vacío, corto, lejos, etc.).
Con los niños y niñas más mayores (Primaria), el trabajo por proyectos tiene un enfoque interdisciplinar, y se busca interconectar todas las esferas de aprendizaje en un mismo proyecto. Por ejemplo, en un proyecto que surge de la observación de un ave en el jardín, se pueden trabajar estas áreas de conocimiento:
Biología: ¿qué especie es?, ¿es migratoria?, ¿de qué se alimenta?
Geografía: si es migratoria, ¿de dónde viene?, ¿adónde irá después?
Física: ¿cómo afecta a las aves el clima?, ¿cuándo deciden migrar?, ¿por qué vuelan los pájaros?
Matemáticas: ¿cuántos kilómetros puede volar un pájaro?, ¿durante cuánto tiempo puede volar?
Historia: ¿cuándo fue la primera vez que se estudió esta ave?, ¿quién lo hizo?, ¿por qué?
Arte: ¿podemos encontrar obras de arte que representen esta ave?, ¿la podemos dibujar o fotografiar?
Lectoescritura: ¿escribimos un cuento sobre esta ave?, ¿leemos sobre aves migratorias?, ¿anotamos lo que hemos descubierto?
Tecnología: ¿le construimos una casita para que pueda refugiarse?, ¿cómo lo hacemos?, ¿qué materiales necesitamos?
Además de permitirles aprender a través de su propio juego y en actividades autodirigidas, queremos ofrecer a los niños y niñas una oferta de actividades amplia que complemente las actividades que ellos mismos propongan. La oferta estará basada en los intereses de los niños y niñas, pero también en la necesidad de cubrir los contenidos curriculares.
Entendemos que un niño o niña solo querrá aprender cuando se encuentre a gusto en el espacio, y cuando su estado emocional sea óptimo. Si observamos que un niño o niña no juega, no participa en las actividades o lo hace con poco interés, centraremos nuestra atención en evaluar su estado, su adaptación a la escuela, su situación familiar, etc. para poder intervenir de la manera más adecuada posible. La intervención puede ir encaminada a proporcionarle materiales y actividades más apropiados en función de sus necesidades, o también a trabajar con el niño o niña (y con la familia) a nivel emocional.
La primera intervención ante un conflicto la realiza una de las facilitadoras (o bien un niño o niña de mayor edad que haya aceptado ejercer como mediador/a), mediando en el conflicto y ofreciendo apoyo inmediato a los niños y niñas que se hayan visto afectados. Se escucha siempre a ambas partes, y se plantean preguntas que conduzcan a la empatía y la reflexión. En caso de que un conflicto no se resuelva de esta forma, a través de las propias propuestas de los niños y niñas afectados, puede recurrirse a un círculo de mediación, que incluirá a otros niños y niñas (elegidos por los afectados) y una facilitadora. Si a pesar de ello no se encontrara una solución satisfactoria para todas las partes, a petición de los niños/as el conflicto puede llevarse a la asamblea semanal, donde se buscará una solución consensuada. En ningún caso se castiga a los niños y niñas, ni se les juzga, sino que se busca reparar el daño que una persona ha sufrido. Esto se consigue por medio del diálogo, la escucha activa, la comunicación no violenta, y ofreciendo espacios y tiempos para que las personas afectadas puedan colaborar en la búsqueda de soluciones.
Tratamos los casos de acoso o “bullying” de forma independiente, puesto que no son equiparables a un conflicto puntual. Kaleide ha desarrollado una política anti-bullying que está basada en la justicia restaurativa. Esta política está siempre a disposición de las familias.
De la misma forma, también está a disposición de las familias la política de resolución de conflictos del centro, para atener aquellos conflictos que puedan surgir entre las familias y la escuela y que recurre en último término a un mecanismo de arbitraje de consumo si el resto de acciones previas de conciliación no han sido efectivas.